Barroco

La pintura barroca reflejó la importancia de la religión en los países católicos, a la par que del gusto burgués en los protestantes, y se caracterizó por el realismo, la riqueza e intensidad de los colores, así como un fuerte contraste entre luces y sombras.

Esta época fue de la riqueza decorativa y exageraciones. Las personas se preocupaban más de aparentar que de ser, ya que se trataba de destacar. Lo que más se caracteriza son las pelucas, con el peinado se mezclaban joyas, gasas, plumas, flores, cintas y elementos inimaginables; llegando a formas castillos o barcos. A mayor espectacularidad mayor prestigio. Llevan una capa muy espesa de color blanco. Para contrastar la blancura usaban coloretes en las mejillas (de color marrón o rojizo) y se pintaban los ojos de color rojo. Solían ponerse lunares decorativos, realzando su aspecto teatral, todo esto junto a peinados extravagantes.